Leticia Azcue ingresó el 15 de diciembre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con el discurso Confluencia de estilos en una corte sevillana. La colección de escultura de los Duques de Montpensier. El profesor José María Luzón pronunció la contestación a la nueva académica por parte de la Corporación.
La elección de Leticia Azcue como académica de número por la sección de Escultura tuvo lugar el 19 de diciembre de 2022. Su candidatura fue propuesta por el historiador Víctor Nieto, el musicólogo Ismael Fernández de la Cuesta y el profesor José María Luzón, a quienes agradeció su elección y confianza.
Para la recipiendaria ingresar en la Academia es un retorno a sus orígenes, ya que el comienzo de su carrera profesional fue en esta corporación, trabajando en su museo y redactando diversas publicaciones, como el catálogo razonado de la colección de escultura. Homenajeó a dos académicos de reconocido prestigio, excepcionales profesionales, prolíficos e intelectuales; Antonio Bonet Correa, del que hereda la medalla académica, y José María Azcárte Ristori, a quien consideró su maestro. Recordó su estancia en la Real Academia de España en Roma, que supuso un cambio en su “vida y en la forma de mirar las obras”, bajo la tutela del académico y escultor Venancio Blanco.
El discurso que pronunció en el acto de ingreso fue un extracto de la versión impresa, fruto ésta de un exhaustivo estudio de la colección de escultura de los duques de Montpensier. Leticia Azcue explicó sucintamente las líneas de investigación del trabajo, presentando a los duques y los condicionantes políticos y culturales en los que se fraguó su vasta colección artística. Más de trescientas esculturas de diversas tipologías repartidas en sus residencias -siendo la principal el palacio de San Telmo (Sevilla)- le confieren el reconocimiento de ser una de las mayores colecciones escultóricas privadas del siglo XIX en España. Tal como indicó Azcue, el conjunto de obras es reflejo de la “corte Chica” que formaron los duques en paralelo a la de Madrid, de su voluntad de integración en la sociedad sevillana, así como de su conocimiento y gusto por las artes.
Su interés por la escultura contemporánea, compaginando el arte escultórico francés con la escultura andaluza de su tiempo, fue novedoso en la época. Leticia Azcue reivindicó la aportación de los duques de Montpensier al coleccionismo escultórico y su significativo acervo. También señaló que el estudio de los formatos, tipologías, iconografía y representaciones de las esculturas determina la tendencia argumental y estética elegida por los duques, respaldando los planteamientos y conclusiones que expuso en su disertación.
José María Luzón ratificó con sus palabras los elogios precedentes realizados por la nueva académica a Bonet y Azcárate, y ensalzó su experiencia científica y trayectoria profesional vinculada al estudio de la escultura y los escultores, cuyo conocimiento y experiencia supondrán una valiosa aportación para la institución.
El acto se abrió con el Baile del Gran Duque de Antonio Martín y Coll, y finalizó con la con la interpretación de la Españoleta de Alonso de Tejada, en interpretación del organista Daniel Oyarzábal. El acceso al estrado fue acompañado por un fragmento de la Batalla imperial de Juan Bautista Cabanilles.
Leticia Azcue Brea (Madrid, 1958), especialista en escultura española e italiana moderna y contemporánea, así como en gestión cultural, es la conservadora responsable de las colecciones de escultura y artes decorativas del Museo del Prado.
Doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid con la tesis La escultura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pertenece, por oposición, al Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos desde 1985. Completó su formación profesional en el Servicio de Museos del Condado de Norfolk (Reino Unido), en el Museo de Bellas Artes de Boston y en la Smithsonian Institution de Washington, y también participó en el Curso Internacional de Museos del Seminario de Altos Estudios de Salzburgo.
Ha sido conservadora en la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Cultura, conservadora y subdirectora del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, subdirectora general de Acción Cultural y Patrimonio Histórico en el Ministerio de Defensa, subdirectora general gerente y, desde 2004, jefa del Área de Conservación de Escultura y Artes Decorativas del Museo Nacional del Prado.
Ha impartido más de un centenar de cursos y conferencias sobre escultura, gestión cultural, museología y museografía en numerosos museos, universidades e instituciones culturales españolas y extranjeras. A su autoría se debe casi un centenar de diversos estudios sobre escultura, entre ellos la catalogación de gran parte de la colección de los siglos XVIII al XX del Museo del Prado, y de varias colecciones privadas como la del Palacio de Liria de la Casa de Alba, además de rescatar la biografía y la obra de escultores olvidados del siglo XIX.
Fue presidenta del Comité Español del Consejo Internacional de Museos (ICOM) de 2004 hasta 2007. Es vocal del Patronato del Museo Nacional de Escultura de Valladolid y fue entre 2009 y 2011 miembro del Patronato de la Real Academia de España en Roma y, de 2015 a 2021, del Patronato de la Fundación Venancio Blanco.
Ha comisariado, entre otras relevantes exposiciones, Mariano Benlliure. El dominio de la materia, junto a Lucrecia Enseñat Benlliure (2013), en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Centro del Carmen en Valencia, o Solidez y belleza. Miguel Blay en el Museo del Prado (2016). Junto con un amplio equipo técnico, fue responsable de la instalación permanente del Tesoro del Delfín, inaugurada en 2018 en el Museo del Prado.
Sus estrechas relaciones con la Academia han tenido como referentes previos a la actual elección como académica numeraria, su nombramiento como académica correspondiente en 1996 y la publicación de un número significativo de trabajos científicos sobre la entidad y sus colecciones artísticas.