Frühbeck de Burgos había nacido en Burgos el 13 de septiembre de 1933. Formado en Bilbao como violinista, hizo el servicio militarcomo músico en Santander, donde practicó dirigiendo a la Banda del Regimiento Valencia. En 1957 acudió a Múnich a estudiar dirección orquestal, su pasión, con los maestros Lessing y Eichhorn, y al año siguiente, con todos los premios de la Hochschule für Musik en su haber, volvió a España y debutó al frente de la Sinfónica de Bilbao, que en seguida le nombraría director titular. Lo fue hasta que, tras dirigir varios conciertos “de tanteo” a la Orquesta Nacional, que estaba huérfana de titular desde la muerte de Ataúlfo Argenta en 1958, Rafael Frühbeck fue nombrado para tal cargo en 1962, justamente el año en que dirigió por vez primera la Atlántida de Manuel de Falla, tras haber consultado detalles de la partitura con el viejo maestro Eduardo Toldrá, el director que había protagonizado poco antes el estreno absoluto de la obra póstuma de Falla. Fueron conciertos rodeados de gran expectación, ofrecidos en los Festivales de verano de Granada, Santander y San Sebastián, así como en el comienzo de la temporada inmediata en Madrid. Durante dieciséis años consecutivos fue director titular de la Orquesta Nacional de España, un período de excepcional auge para la Orquesta y, desde luego, para él mismo.
En el podio de la Orquesta Nacional, Rafael Frühbeck cubrió un repertorio inmenso. Música alemana y vienesa, con presencia fundamental de todas las obras sinfónicas y sinfónico-corales de Beethoven y Brahms, más obras de Schumann, los poemas sinfónicos de Strauss, La Pasión según san Mateo de Bach,La Creación de Haydn, Carmina burana de Orff… Música española, muy mayoritariamente Falla, seguido por Rodrigo, Turina, Esplá… Música rusa, especialmente La consagración de la primavera, uno de los grandes hitos de su carrera directorial. Música francesa, con preponderancia de Ravel, seguido por Debussy, Berlioz, Bizet… Y presencias de otras nacionalidades singularizadas en partituras del checo Dvorak, del polaco Chopin, de los húngaros List y Bartók, del noruego Grieg, del inglés Britten (fundamentalmente el War Requiem) y de los italianos Respighi y, por supuesto, Verdi, con especial referencia a otra de las obras estandarte de Frühbeck: su Misa de Requiem. En cuanto a los autores más presentes en los programas dirigidos por el maestro Frühbeck de Burgos, la lista la encabezan, con gran ventaja, Beethoven y Falla, a quienes siguen Brahms, Rodrigo y Stravinsky.
Es de destacar la dedicación que mostró, desde los inicios de su carrera, a trabajar junto a grandes solistas de todas las especialidades. De hecho, colaboraciones con figuras como Victoria de los Ángeles (con quien grabó en los años sesenta La vida breve, El sombrero de tres picos y discos de canciones españolas) y con el violinista Nathan Milstein, fueron para él impulsos muy importantes. En los conciertos de laOrquesta Nacional (en su temporada regular madrileña o en giras) Frühbeck acompañó a pianistas como Arthur Rubinstein, Claudio Arrau, Arturo Benedetti Michelangeli, José Iturbi, Alicia de Larrocha, Joaquín Achúcarro, Rafael Orozco, Nikita Magaloff, Friedrich Gulda, Julius Katchen, Wilhelm Kempf, Martha Argerich, Sviatoslav Richter, Alexis Weissenberg…; a violinistas como David Oistrakh, Nathan Milstein, Yehudi Menuhin, Isaac Stern, Arthur Grumiaux, Christian Ferras, Salvatore Accardo, Itzhak Perlman, Anne-Sophie Mutter…; a violonchelistas como Gaspar Cassadó, Pierre Founier, Mstislav Rostropovich…; a guitarristas como Narciso Yepes, Alirio Díaz, Pepe Romero…; al arpista Nicanor Zabaleta…; a voces femeninas como las de Victoria de los Ángeles, Jessye Norman, Elly Ameling, Montserrat Caballé, Teresa Berganza, Ileana Cotrubas, Helen Donath, Gundula Janowitz, Ann Murray, Sheila Armstrong, Alicia Nafé, Elena Obratsova, Margaret Price, Norma Procter, Helen Watts…; a voces masculinas como las de Thomas Allen, José Carreras, Plácido Domingo, Werner Hollweg, José Van Dam, Simon Estes, Sigmund Nimsgern, Franz Crass… bien entendido que ésta es una relación muy abreviada en la que no cabe mencionar a todos los solistas españoles relevantes, de cualquier especialidad, que pasaron en aquellos años por los conciertos de la ONE, ya fuera en España (Madrid y otras treinta y ocho ciudades) o en giras por más de treinta ciudades de China (incluida Hong-Kong), Francia, Portugal, Italia, Suiza, Grecia y Alemania.
En cuanto a coros, el Orfeón Donostiarra (con el que tuvo estrecha relación durante años), el Pamplonés, la Sociedad Coral de Bilbao, el New Philharmonia de Londres, el de Düsseldorf… además, obviamente, del Coro Nacional de España que echó a andar, precisamente por impulso suyo, en octubre de 1971 con el nombre provisional de Coro de la Escuela Superior de Canto,interpretando la Sinfonía de la Resurrección de Gustav Mahler, en versión memorable.
Después de demasiados años de lejanía, tras la tensión que supuso su cese en 1978, se produjo el natural reencuentro de Frühbeck de Burgos con la Orquesta y Coro Nacionales de España, con tan positivo resultado que el maestro fue nombrado Director Emérito de la OCNE en 1998 y regularizó sus visitas a Madrid al frente de los conjuntos con los que había madurado en el primer tramo de su imponente carrera. En los últimos lustros, el maestro Frühbeck ocupó en numerosas ocasiones el podio de la Nacional y pudimos verificar, al escucharle de nuevo su repertorio básico, la evolución que sus interpretaciones habían experimentado a tales alturas de madurez humana y artística. En diciembre de 2013, Frühbeck dirigió a “sus” conjuntos nacionales por última vez, ofreciendo un programa que podríacalificarsecomo prototípico de su quehacer profesional: servicio a la música española (estreno del Codex Calixtinus, de Tomás Marco) y gran repertorio sinfónico coral (Carmina burana, de Carl Orff). Los conciertos de Frühbeck en España, en los últimos tiempos,no sólo los ofreciócon la Orquesta Nacional, pues fue invitado por todas las orquestas españolas de relieve (especialmente por la Sinfónica de Madrid, a la que dirigió incluso en giras) y, por añadidura, visitó España con grandes orquestas extranjeras en gira. Sus tres últimos conciertos en Madrid fueron: en septiembre de 2013, en el Teatro de la Zarzuela, con solistas, coro y la Orquesta de la Comunidad de Madrid, con una espléndida versión de La Tempranica; en diciembre de 2013, el ya citado concierto con el Coro y la Orquesta Nacionales y, finalmente, en febrero de 2014, dirigiendo obras de Strauss (Don Quijote) y Beethoven (Quinta Sinfonía) a la Orquesta Sinfónica de RTVE con éxito clamoroso.
Cincuenta años atrás, a la vez que se curtía en el podio de la Orquesta Nacional, siendo muy joven aún, el maestro Frühbeck de Burgos inició su imparable carrera internacional: en efecto, en los años sesenta debutó en París, Buenos Aires, Lucerna, Londres, Montreal, Filadelfia, Nueva York, Los Ángeles, Cleveland…, al frente de las orquestas punteras de dichas ciudades, y sería nombrado Generalmusikdirektor en Düsseldorf, cargo que ejerció entre 1966 y 1971. Ya en los años setenta, fue director titular de la Sinfónica de Montreal (1975-1976) e invitado por las principales orquestas de Berlín, Viena, Boston o Washington. Y, cuando en 1978 fue cesado como director de la Nacional, Frühbeck intensificó en alto grado su periplo internacional. Fue invitado inmediatamente por los principales Festivales europeos: Lucerna, Salzburgo y Edimburgo. Fuera de Europa, sería nombrado Director Principal Invitado de la Sinfónica Nacional de Washington en 1980 y, desde 1983, lo fue también de la orquesta Yomiuri Nippon de Tokio, manteniendo esta doble relación hasta 1990. A partir de entonces, sin dejar de hacer nunca, como director invitado, el gran circuito estadounidense (Nueva York, Filadelfia, Boston y Tanglewood, Chicago, Los Ángeles, Cincinnati, Pittsburgh, Washington…, centros en los que tenía un gran poder de convocatoria y general refrendo), Rafael Frühbeck se centró más en Europa, y fue director titular de la Wiener Symphoniker de 1991 a 1996 y, a la vez, de la Deutsche Oper de Berlín (1992-97). En 1993, con la Ópera berlinesa llevó a Tokio una aclamada producción de Los Maestros Cantores.
Enseguida, tras varios conciertos triunfales como director invitado, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (RSO) le nombró titular en 1994, cargo que ejerció hasta 2000. También en 1994, y dado que, acostumbrado a cruzar el Atlánticocontinuamente, las distancias en Europa le resultaban muy cortas, Frühbeck comenzó una relación estable con la Ópera de Zúrich. En el epicentro de su carrera, Rafael Frühbeck de Burgos compatibilizó las direcciones titulares de la Orquesta Sinfónica de Viena, de la Deutsch Oper de Berlín y de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín, además de visitar la Ópera de Zúrich.
En 2001, de la Orquesta de la Radio de Berlín pasó a la titularidad de otra orquesta radiofónica europea, la Sinfónica Nacional de la RAI de Turín, que dirigió entre 2001 y 2007, y, entre medias, se hizo cargo también de la Dresdner Philharmonie, otro gran conjunto sinfónico alemán del que fue titular entre 2004 y 2011. La última vinculación del maestro Frühbeck como titular de una orquesta ha sido con la Sinfónica de la Radio Danesa, tarea que emprendió en 2012. Felizmente, de este periodo en Copenhague han quedado abundantes testimonios videográficos y puededisfrutarse, vía internet, de numerosos conciertos en los que se apreciaal maestro Frühbeck, con evidentes muestras de deterioro físico, haciendo música con la clarividencia, la autoridad y la brillantez de antaño, y con un emocionante plus de latido humano.
En breve referencia al ingente repertorio que cubrió como intérprete, digamos que un capítulo importante en la carrera nacional e internacional de Frühbeck ha sido la frecuencia y la calidad con las que el maestro burgalés ofreció obras compuestas para grandes contingentes orquestales y vocales: La Pasión según San Mateo de Bach, El Mesías de Haendel,La Creación y la Missa in tempore belli de Haydn,los Réquiemde Mozart, Berlioz, Brahms, Verdi, Fauré y Britten, la Novena Sinfonía y las Misas de Beethoven, los oratorios de Mendelssohn Elías y Paulus, así como El sueño de una noche de verano del mismo compositor,La infancia de Cristo de Berlioz,La peregrinación de la rosa de Schumann, las sinfonías Segunda, Tercera y Octava de Mahler, La vida breve y la Atlántida de Falla, Carmina burana de Orff… son obras que han constituido hitos de su carrera y que ha dirigido con éxito por todo el mundo.
Frente al ingente repertorio puramente sinfónico cubierto por Frühbeck en sus programas de concierto, su dedicación a la ópera resultó ser menor. No obstante, Frühbeck dirigió desde el foso óperas de Verdi como Don Carlos, Un ballo in maschera, La forza del destino yOtello; Maestros cantores yEl holandés errante de Wagner; Carmen de Bizet, La bohéme de Puccini, Andrea Chenier de Giordano, Arabella de Richard Strauss, Boris Godunov de Mussorgsky, así como versiones representadas de los Carmina burana, todo ello en su etapa al frente de la Deutsche Oper de Berlín. En Washington, hizo una Tosca y, con Plácido Domingo, el estreno absoluto de Goya, la ópera de Gian Carlo Menotti. En Zúrich, además de varios de los títulos ya mencionados, dirigió producciones de Ariadne auf Naxos de Strauss, Fausto de Gounod y Sly de Ermanno Wolf-Ferrari. En el Teatro Lírico de Cagliari, Goyescas y La vida breve,más un nuevo título de Strauss,Capriccio.Y, en distintos escenarios españoles: Nabucco, Lucia di Lammermoor,La bohéme, la Amaya de Guridi, Carmen, Otello, La vida breve, El pirata cautivo de Esplá…
El peso específico que el llamado “gran repertorio” tuvo en sus conciertos (conciertos que superan el número de cuatro mil) es tan grande que a menudo se olvida o se minimiza la atención que Rafael Frühbeck prestó a la música contemporánea, la cual, vistos en conjunto sus programas, no fue en absoluto desdeñable. En resumen puedeapuntarseque el maestro llevó a cabo estrenos absolutos de obras (una o varias) de Fernando Remacha, Manuel Angulo, José Peris, Xavier Benguerel, Antón García Abril, Ángel Arteaga, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, Miguel Alonso, Óscar Esplá, Gerardo Gombau, Tomás Marco, Leonardo Balada, Agustín Bertomeu, Xavier Montsalvatge, Manuel Berná, Francisco Llácer, Joan Guinjoan, Carmelo Bernaola, Claudio Prieto, Lorenzo Palomo, José María Sánchez-Verdú, Alejandro Yagüe, Laura Vega…, entre los españoles, nómina a la que habría que añadir los nombres de Menotti, Bischoff , Zykan y Zimmermann, entre otros autores extranjeros estrenados. Pero si se extiendeel punto de mira más allá del estreno absoluto, habría que añadir interpretaciones de muchas otras partituras, de los mismos compositores citados, así como de Francisco Escudero, Ernesto y Rodolfo Halffter, José Muñoz Molleda, Joaquín Rodrigo… o Benjamin Britten, Alberto Ginastera, Siegfried Matthus, Olivier Messiaen, Krzystof Penderecki, Miklos Rozsa, Salvatore Sciarrino, etc.
Por último, éste esun resumen de las distinciones y honores recibidos por el maestro Rafael Frühbeck de Burgos a lo largo de los cincuenta y cinco años de su aclamada trayectoria musical:fuera de España, Medalla de Oro de la Ciudad de Viena, Medalla de Oro al Mérito de la República Austriaca, Medalla de Oro de la Internationale Gustav Mahler Gesellschaft y Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil de laRepública Federal de Alemania; en España, la Encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz del Mérito Civil, las Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo y en las Bellas Artes, el Premio de Música Española de la Fundación Guerrero, la Medalla de la Fundación Albéniz, Hijo Predilecto de la Ciudad de Burgos, Doctor Honoris Causa por las Universidades de Navarra y de Burgos…
Rafael Frühbeck ingresó como miembro de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 16 de marzo de 1975, pronunciando un discurso titulado El Director de Orquestaque fue contestado por el marqués de Bolarque. En su discurso, antes de trazar un amplio panorama histórico del arte de la batuta, Frühbeck empezaba por recordar a los directores de orquesta que habían sido elegidos antes que él: los maestros Enrique Fernández Arbós, Bartolomé Pérez Casas y Ataúlfo Argenta (a quien la muerte impidió el ingreso efectivo), para proceder después a una elogiosa y cordial referencia a Julio Gómez, el académico a quien vino a suceder y de quien había sido alumno particular en su juvenil paso por Madrid en los años cincuenta.
En fin, no puedenolvidarsetantísimas horas de música vividas a través de la batuta autoritaria, ordenada, precisa, constructora y brillante de Rafael Frühbeck de Burgos, fogosa y extravertida en los años juveniles y de afianzamiento, más mesurada y musical en la madurez, hasta recogida y honda en sus últimos años, admirable siempre.
José Luis García del Busto Arregui
Llevó a cabomás de un centenar degrabaciones, algunas de ellas consideradas “clásicas”. Estaba en posesión de numerosos títulos honoríficos como la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y la Encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio; Medalla de Oro al Mérito de la República Austríaca, 1996; Medalla de Oro de la Sociedad Internacional “Gustav Mahler”,Viena, 1996; Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil de la República Federal de Alemania, 2001,y Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo,2004.
Rafael Frühbeck ingresó en la RealAcademiade Bellas Artes de San Fernandoel 16 de marzo de 1975. Había sido presentado en enero de 1974 por los Académicos Muñoz Molleda, Moreno Torroba y el Marqués de Bolarque, siendo la votación en marzo de 1974. La ceremonia se celebró en el Real Conservatorio Superior de Música de Madridy concluyó con un concierto de la Orquesta Nacional, interpretando bajo su dirección la Sinfonía Nº1 de Haydn. Su discurso de ingreso, contestado por el Marqués de Bolarque, versó sobre El director de orquesta, al cual definió allí como “el hombre que tiene mando suficiente para, dentro de un sistema concertado previamente, decir cuando se empieza y cómo se ejecuta, a qué velocidad y con qué dinámica”. Fuemuy interesante surelato sobrecómo apareció y se consolidó esa figura en la música universal, haciendo un repaso de las formas e instrumentos empleados para la dirección (las manos, los puños, grandes y pesados bastones o pequeños “palitos”)así como de las formas de dirigir, por parte de los grandes músicos y directores, entre los cuales señaló por ejemplo, las dotes psicológicas de Mozart para entenderse con la orquesta.
Otro acontecimiento musical de Frühbeck de Burgos en la Academia, también con concierto y con sinfonía de Haydn, tuvo lugar en 1996 cuando, en presencia de la Reina se le entregó el Premio de la Fundación Guerrero.
Fernando de Terán Troyano