Entrevistó, junto a Diego Galán, a dieciocho personajes relevantes del cine nacional, cuyos testimonios se publicaron periódicamente en Triunfo y más tarde fueron recopilados en el libro 18 españoles de posguerra. De indudable interés son otras publicaciones, en las que puso de manifiesto sus profundos conocimientos cinematográficos, como 7 trabajos de base sobre el cine español, Valle-Inclán y el cine o Miguel Mihura, en el infierno del cine.
Su faceta como gestor cultural comenzó en 1984, año en el que asumió la dirección de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), aportando un nuevo carácter y personalidad al festival mediante una acertada apuesta por la modernidad y el cine de autor. Otro hito en su camino profesional fue su nombramiento como director general del Instituto de Cinematografía y de las Artes Visuales (ICAA) en 2004, periodo en el que elaboró la Ley del Cine (2007).
Fernando Lara ha trabajado en el ámbito de la cinematografía desde diversos frentes, como autor de libros y artículos –ampliando horizontes en la crítica-, como gestor –en su faceta de delegado en España del Festival de Cine de Berlín-, como coordinador de actividades cinematográficas de los cursos de verano en El Escorial… En la actualidad es asesor en la Asociación de Distribuidores Cinematográficos Independientes (ADICINE) y continúa colaborando con sus artículos en Academia, Caimán, Fotogramas, Turia o El Norte de Castilla.
Es conocida y valorada su férrea defensa de la inserción de la enseñanza del cine en las aulas a través del proyecto Cine y Educación, iniciativa que contribuye a su difusión, conocimiento y valoración social.
Su labor ha sido galardonada con varios premios, entre ellos el del Observatorio d´Achtall, el Premio Especial del Festival CyLnema, el nombramiento de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia o la Espiga de Oro de Honor de la Seminci (2015).
Con la elección de Fernando Lara, la Academia aumenta su compromiso hacia la firme defensa del cine como patrimonio cultural y hacia la reivindicación de todos los agentes, desde el autor al espectador, involucrados en su proceso creativo y receptivo.