Ha dirigido órganos urbanísticos o estrechamente relacionados con el urbanismo en la Administración Pública del Estado y en el Ayuntamiento de Madrid. Desempeñó los cargos de Subdirector General de Urbanismo (1972), Director Técnico de Planeamiento del Área Metropolitana de Madrid (1977-1980) y Director del Instituto de Estudios de Administración Local (1985-1987).
En el año 2000 recibió la Medalla de Oro de Urbanismo de la Comunidad Autónoma de Madrid, y en 2005 fue galardonado con el Premio Rey Jaime I de la Generalitat Valenciana, en la categoría de Urbanismo, Paisaje y Sostenibilidad. Entre sus trabajos profesionales caben destacar los poblados de Setefilla (Córdoba) y Sacramento (Sevilla) para el Instituto Nacional de Colonización (1964-1965), la estrategia para el Centro Direccional de Barcelona (1969-1976), el plan parcial de ordenación del Polígono de la Cartuja de Granada (1975), la ordenación del Ensanche de Vallecas (1994), la propuesta de intervención en el sistema general viario de Ceuta (2005) o la remodelación del eje Recoletos-Prado de Madrid (2002-2010) junto a Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández León.
Además de arquitecto urbanista, configurador y organizador del planeamiento urbano, Fernando de Terán ha desarrollado una intensa actividad docente dirigida a la formación y difusión de los conocimientos especializados en urbanismo. Fue Catedrático de Urbanismo en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid (1980-1993) y de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (1993-2001), donde dirigió el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio, siendo nombrado profesor emérito en 2001. Es miembro numerario del Instituto de Estudios Madrileños y asesor científico del Comité Nacional del ICOMOS en España.
Desde mediados de la década de 1970, Terán manifestó un interés creciente por los problemas urbanos de la herencia española en América. Por esa preocupación recibió el título de profesor honorífico de las universidades de La Plata y de Mendoza en Argentina, así como de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Ambientales, FLACAM (Cátedra de la UNESCO). Resultado de ese vínculo con las universidades latinoamericanas fueron su libro La Plata, ciudad nueva, ciudad antigua (coeditado por el Instituto de Estudios de Administración Local y la Universidad Nacional de la Plata) y su labor de comisario en la gran exposición La Ciudad Hispanoamericana: el sueño de un orden (1989).
Otro eje que vertebra las aportaciones de Terán a la cultura urbanística –consustancial a su actividad de arquitecto urbanista y de docente universitario–, es su faceta intelectual, reflexionando sobre la naturaleza del urbanismo e indagando acerca de la problemática de la ciudad y el territorio. Así ha sintetizado Terán su forma de pensar y actuar: “Mis claves son el trabajo práctico de intervención sobre la ciudad a través de planes y proyectos, así como la curiosidad intelectual por la propia acción, ya que no soy capaz de hacer nada sin tratar de saber, antes o al mismo tiempo, por qué voy por dónde voy y por qué el viaje tiene ese recorrido”.
Creó la revista Ciudad y Territorio en 1969, primera publicación periódica española dedicada exclusivamente al tratamiento de los temas urbanísticos, caracterizada por su apertura pluridisciplinar. Fue su director durante veinte años (ochenta y tres números). En 1980 la revista ganó el Premio Nacional de Urbanismo para publicaciones.
También fundada y dirigida por Terán, la revista Urban nació en 1997. Editada por el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la ETSAM, sirvió de foro de discusión sobre las condiciones del retorno al planeamiento urbano.
Su labor intelectual ha dado como fruto una extensa producción bibliográfica y un corpus teórico de referencia. Terán es autor de numerosos ensayos y libros, entre los que cabe reseñar: Planeamiento urbano en la España contemporánea (1978), Madrid (1992), Historia del Urbanismo en España, siglos XIX y XX (1999), En torno a Madrid (2006) o El pasado activo (2009). Su libro Madrid obtuvo el Premio de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital en 1993.
Ha colaborado en otras muchas publicaciones colectivas como: La Historia de España de Menéndez Pidal, tomos XXXVI y XXXIX (Espasa Calpe), España Siglo XXI, tomo V (Instituto de España) o Moderne Stadtgeschichte in Europa, USA und Japan (Deutches Institut für Urbanistik).
Las fuentes conceptuales básicas de Fernando de Terán proceden fundamentalmente de Ortega y de Bergson. La lógica de Ortega está presente en su pensamiento general y en la confianza en el método historicista; la aportación de Bergson se percibe en el valor concedido a la intuición. Entiende, pues, el urbanismo como un acto creativo basado en el conocimiento histórico y en la intuición como acumulación y decantación de la experiencia. La ciudad es para Terán un campo de fuerzas en movimiento que se reorganizan constantemente, produciendo una serie de manifestaciones espaciales, en que se entrelazan los aspectos físicos con cuestiones políticas, económicas y sociales.
Su pensamiento está determinado por el espíritu de reforma social, por la vocación de poner sus conocimientos al servicio de la mejora social a través de un espacio más funcional y, en suma, por la voluntad de mejorar la calidad de vida de los usuarios de la ciudad. Ha consagrado gran parte de sus acciones al análisis y a la defensa consecuente de un planeamiento que necesita adecuarse, en cuanto a su método, a las circunstancias que lo rodean.
En ese planeamiento flexible que propugna Terán, la forma de la ciudad es el resultado estético que debe perseguir toda ordenación teniendo en cuenta los condicionantes sociales y económicos. A él se debe, por ejemplo, la idea del “suelo urbanizable no programado”. Como responsable de la ordenación del Área Metropolitana de Madrid puso en marcha el nuevo instrumento de los Programas de Acción Inmediata (PAI), una experiencia ampliamente basada en la participación pública. Estas figuras de ordenación reunían varios aspectos novedosos, como el análisis de fragmentos del área metropolitana con visión integradora o la recogida de información y discusión de propuestas con la población afectada.
Por otra parte, y fiel a la herencia paterna recibida (su padre, Manuel de Terán, fue geógrafo y educador humanista), sus planteamientos se caracterizan por la sensibilidad hacia las condiciones del entorno físico y su repercusión en el medio urbano. La preocupación medioambiental siempre ha estado presente tanto en sus escritos como en sus planes y proyectos. Fernando de Terán ha incorporado a los aspectos urbanísticos los paisajísticos y medioambientales, anticipándose a las actuales inquietudes por la sostenibilidad.