El proyecto Ibarra Real nació el año 2005 cuando se cumplía el cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote. Aprovechando este acontecimiento, el Ministerio de Industria apoyó el proyecto de la Calcografía Nacional que, dirigido por José María Ribagorda, tuvo por objeto la puesta en valor del patrimonio tipográfico español. El objetivo prioritario fue recuperar una fuente tipográfica vinculada a la Imprenta Real, para su utilización a través de los medios digitales. Se incorporaba, así, un objeto de alto valor simbólico, como la letra y el nombre Ibarra, al cotidiano espacio universal del escritorio del ordenador. La tipografía recuperada fue una de las más importantes de cuantas se emplearon en la impresión de libros durante el último cuarto del siglo XVIII y de la cual se fundieron las matrices que dieron lugar a la bella edición del Quijote realizada por Gerónimo Gil para la Real Academia Española en 1780, impresa por el más ilustre de los tipógrafos españoles de la Ilustración, Joaquín Ibarra (1725-1785).