Es Baluard y la Academia reivindican en este encuentro la personalidad y la trayectoria artística de la pintora Pilar Montaner (Palma de Mallorca, 1878 – Valldemossa, 1961).
Ser mujer y artista en la Mallorca de principios del siglo XX era algo poco común. En ese horizonte destacó la figura de Pilar Montaner, pintora impresionista formada con Sorolla, que dedicó toda su vida a la creación. El objetivo del encuentro organizado por la Academia y Es Baluard Museu d’Art Modern i Contemporani de Palma es visibilizar la importancia de su obra y su trayectoria en el contexto de la pintura contemporánea.
Pilar Montaner fue una mujer avanzada a su tiempo, una artista que, a pesar de haber sido madre de catorce hijos, no dejó de dedicarse nunca a su pasión: pintar. Dentro de esta vida entregada a la cultura, Pilar Montaner fue una de las pocas mujeres de la época que se pudo dedicar a la pintura de forma profesional, y su obra se expuso en las principales galerías de Madrid y Barcelona. A pesar de todo, en la trayectoria de la artista, no todas las pinceladas fueron de color. En la vida de Pilar Montaner también aparecen los grises, con los cambios vitales que forman parte del retrato de una mujer excepcional.
Vinculada a la burguesía intelectual mallorquina, esta circunstancia le permitió hacer una obra independiente y relacionarse con intelectuales de la época residentes o visitantes de Mallorca como Rubén Dario o Miguel de Unamuno. Nacida en el seno de una familia noble y acomodada, su padre la envió al internado de Nuestra Señora de Loreto en Madrid, donde recibió sus primeras lecciones de dibujo y pintura. De vuelta a Mallorca, Pilar se casó en 1896 con Juan Sureda Bimet, joven abogado e intelectual que acabaría convirtiéndose en uno de los mecenas más generosos del país. Apoyó a su esposa en la carrera artística y contrató los servicios de dos pintores muy conocidos en Mallorca: Antonio Ribas Oliver y Ricardo Anckerman. De esa época son el retrato Madò Calafata (1899) o el paisaje Tramuntana (1899). Continuaría su formación entre 1901 y 1904 con Joaquín Sorolla en Madrid, donde estudió con el maestro valenciano.
Trailer "La pintora sense rostre"
Información
- Sala Guitarte
- Miércoles 21 de marzo, 18:30 horas
- Entrada libre y gratuita hasta completar aforo
Organizadores
En 1906, Pilar Montaner mantiene una larga estancia en Madrid acompañada de su amigo, el pintor Antoni Gelabert, con objeto de ampliar sus estudios en la Academia de San Fernando, visitar museos y participar en la Exposición de Bellas Artes.La residencia principal de la familia Sureda-Montaner en Mallorca se convertiría en un hervidero cultural en el que pasarían largas temporadas Rubén Darío, Unamuno, Osvaldo Bazil, Azorín, Jorge Guillén o Eugenio D’Ors, y donde se daban cita los pintores Santiago Rusiñol, John Singer Sargent, Joaquín Sorolla, Anglada Camarasa, Antoni Gelabert, Tito Cittadini, Joaquín Mir o Joan Fuster Bonnin. Muchos de estos insignes huéspedes e invitados acabarían formando parte, junto a Pilar Montaner, de la Cofradía de la Belleza, un extravagante grupo de excursionistas.
A partir de 1915, la pintura de Pilar Montaner daría un nuevo giro. A esta etapa (1913-1922) pertenece la serie de grandes óleos con los olivos mallorquines como tema central. Pilar Montaner llevó a cabo numerosas exposiciones a lo largo de su vida, y recibió premios y reconocimientos, pero sólo de forma ocasional decidió vender sus cuadros.
Encuentro de aproximación a Pilar Montaner
- Nekane Aramburu, directora de Es Baluard
- Jordi Teixidor, pintor, académico de Bellas Artes
- María José Magaña, presidenta de MAV (Mujeres en las Artes Visuales)
- Elvira Sureda, nieta de la artista
Durante el acto se proyectarán fragmentos del documental La pintora sense rostre –La pintora sin rostro– (2012).
Dirigido por Luis Ortas y Jaume Carrió, y producido por Cinética Produccions, La pintora sense rostre reconstruye la vida de esta artista singular a través de las memorias de la misma pintora, de unas recreaciones muy cuidadosas y del testigo de varios personajes.
