La Academia acoge la presentación del libro “Las ciudades históricas y la destrucción del legado urbanístico español. Fernando Chueca Goitia”, publicado por Prensas Universitarias de Zaragoza, del que es autora la profesora Ascensión Hernández Martínez.
El “problema”de la ciudad histórica fue una cuestión clave en el debate urbanístico y social de las urbes europeas durante las décadas de 1960 y 1970. En el caso español, la especulación inmobiliaria tuvo unos efectos desastrosos en la conservación del patrimonio monumental y urbano. Frente a este fenómeno, el arquitecto Fernando Chueca Goitia (1911-2004), brillante historiador y sensible humanista, se reveló como un espectador crítico y activo frente a la destrucción del patrimonio arquitectónico español, a través de una activa labor de difusión que incluyó artículos en prensa y en revistas especializadas [una selección de los cuales se publica de nuevo en la segunda parte del libro: La transformación de la ciudad (1963), Las ciudades históricas (un drama de nuestro tiempo) (1965), El problema de las ciudades históricas (1968), El neomudéjar, última víctima de la piqueta madrileña (1971), Patrimonio y patrimonio urbano (1982)], conferencias y monografías publicadas a lo largo de varias décadas, entre ellas el revelador y polémico ensayo La destrucción del legado urbanístico español (1977).En sus textos Chueca Goitia plantea la necesidad de proteger a la ciudad histórica, controlando tanto el tráfico rodado como el aumento del volumen construido. Alerta sobre la transformación de la ciudad en una mercancía consumida en el proceso de especulación inmobiliaria que arrasó buena parte de los centros históricos, a la vez que incita a la acción de la sociedad civil para detener esos procesos destructivos, denunciando al mismo tiempo a los responsables políticos y técnicos de la situación. En este sentido, Chueca Goitia se convierte en un activista del patrimonio, engrosando una larga lista que se remonta a Víctor Hugo, William Morris y John Ruskin, y que en España tuvo significativos representantes en los arquitectos Leopoldo Torres Balbás o Jerónimo Martorell, y en el historiador del arte Juan Antonio Gaya Nuño.
En relación con la conservación de la ciudad histórica, Chueca Goitia se alinea con la actitud de defensa de la misma desarrollada en el panorama internacional que se evidencia, por ejemplo, en la Carta europea del Patrimonio Arquitectónico de 1975, y en concreto comparte posiciones con pensadores y teóricos como Cesare Brandi, rechazando ambos la introducción de la arquitectura contemporánea por considerarla incapaz de relacionarse de manera armoniosa con la arquitectura histórica. Sorprende la radical crítica a la ciudad contemporánea realizada por Chueca Goitia, producto de la constatación del fracaso del modelo propuesto por el movimiento moderno en los barrios y periferias de las ciudades españolas. Pero no está solo en esta crítica, puesto que Jane Jacobs ya había expuesto con lucidez el problema en su obra Muerte y vida de las grandes ciudades, publicada en 1961. Son, por tanto, premonitorias sus advertencias y denuncias del peligro del rascacielismo, de la falta de calidad de la arquitectura contemporánea, y su llamada de atención para elevar la educación estética de la ciudadanía, y para proteger los paisajes naturales, la arquitectura vernácula, el valor ambiental, cuestiones que hoy son de gran actualidad pero que, en su momento, cuando fueron expuestas por él, no lo eran todavía. Por tanto, estos textos de Fernando Chueca Goitia no son sólo un singular testimonio de una conflictiva época para la conservación del patrimonio cultural, sino que también constituyen una teoría de la ciudad histórica que merece estar entre las aportaciones más relevantes de la historia de la tutela del patrimonio español en el siglo XX.
Presentación
Pedro Navascués PalacioAcadémico, profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid
Fernando Chueca Aguinaga
Arquitecto, hijo de Fernando Chueca Goitia
Concha Lomba Serrano
Catedrática de la Universidad de Zaragoza, directora del Instituto Universitario de Investigación en Patrimonio y Humanidades
Ascensión Hernández Martínez
Autora del libro, profesora de la Universidad de Zaragoza
Además, desarrolló una importantísima y poco conocida tarea como arquitecto restaurador desde comienzos de la década de 1950 hasta finales de los años setenta, período durante el cual Chueca Goitia restauró numerosos monumentos por todo el país, especialmente en el norte de España y en Madrid. Es necesario reseñar que compatibilizó este trabajo con otros como la terminación de las obras de la catedral de la Almudena, proyecto que ocuparía prácticamente toda su vida profesional desde 1950 hasta 1993, la remodelación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o la ampliación del Museo del Prado (todas estas obras situadas en la capital española); sin olvidar su labor docente como profesor en la Escuela de Arquitectura de Madrid, y otros encargos profesionales como la gestión del Museo de Arte Contemporáneo, del que fue nombrado director en 1958. Desde este cargo promocionó a grupos de vanguardia artística, contradiciendo esa imagen simplificada que se ha ofrecido del arquitecto como alguien interesado sólo en el pasado. Al contrario, fue una persona sensible también a la cultura de su tiempo como bien han sabido detectar los estudiosos de su obra.
En 1966 ingresó como académico de número en la Real Academia de la Historia, y en 1973 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1977 fue nombrado cronista oficial de la Villa de Madrid. Desde 1978 hasta 1986 ostentó el cargo de presidente del Instituto de España.
Chueca Goitia participó, asimismo, en la reducida vida cultural española de la época, en particular en los momentos más duros del régimen, en los años cincuenta, siendo amigo de intelectuales tan prestigiosos como Julián Marías o el historiador Enrique Lafuente Ferrari. Pese al aislamiento impuesto por el régimen, desde los años sesenta impartió numerosas conferencias en el extranjero (Portugal, Argentina, México, etc.), obteniendo numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales que culminaron con la concesión en 1998 de la Medalla de Oro de la Arquitectura por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. Un merecido reconocimiento a la trayectoria coherente y prolífica de uno de los arquitectos españoles más sobresalientes en su ámbito.
Entre sus textos pueden citarse: Las ciudades históricas y la destrucción del legado urbanístico español: Fernando Chueca Goitia, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2019; Sos del Rey Católico. Un ejemplo de recuperación de la arquitectura románica aragonesa, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2018; Conservando el pasado, proyectando el futuro. Tendencias en la restauración monumental en el siglo XXI / Preserving the Past. Projecting the Future. Tendences in 21st century monumental restoration, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2016; Ricardo Magdalena. Arquitecto municipal de Zaragoza (1876-1910),Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2012,y La clonación arquitectónica, Madrid, Siruela, 2007 [traducido al italiano, La clonazione architettonica, Milano, Jaca Book, 2010].
Información
- Sala Guitarte
- Miércoles 4 de marzo
- 12:00 horas
- Entrada libre y gratuita hasta completar aforo