Resonancias hispano-rumanas Romanian Chamber Orchestra Quartet

Para conmemorar los 140 años de relaciones diplomáticas entre Rumanía y España, el Instituto Cultural Rumano, en colaboración con la Embajada de Rumanía en España y con la Academia, ha programado un concierto interpretado por el Cuarteto de la Orquesta de Cámara Rumana. En la visión del reputado violinista Alexandru Tomescu y del violista Cristian Andriș, directores artísticos de la Romanian Chamber Orchestra, veintidós músicos forman en su versión amplia esta agrupación de instrumentos de cuerda. Uno de los objetivos de la RCO es la promoción de la música clásica compuesta para esta fórmula orquestal e interpretada a un excelente nivel, comparable con las mejores orquestas de cámara del mundo.

Romanian Chamber Orchestra Quartet

MARGARITA SIKOEVA                             violín

LAURENȚIU LUCIAN GRIGORESCU         violín

ANA MARÍA ALONSO                               viola

DRAGOȘ ALEXANDRU BĂLAN                 violonchelo
 
 
 

Programa

Suites rumanas
Arreglos musicales de Nicușor Silaghi / Cuarteto de Transilvania

1. Suite n. 1 de Ardeal
2. Suite n. 2 de Oltenia y Muntenia
3. Suite n. 3 de Moldova

 
Juan Crisóstomo de Arriaga (1806-1826)
Cuarteto n. 1 en Re menor
 
Joaquín Turina (1882-1949)
La oración del torero, op. 34
 
 
En el marco de la celebración de los 140 años de relaciones diplomáticas entre Rumanía y España, este programa que tan generosamente presenta el Cuarteto de la Orquesta de Cámara Rumana (Romanian Chamber Orchestra) constituye un emocionante recorrido por los íntimos lazos que tanto Rumanía como España guardan con sus respectivas culturas musicales, vernáculas y ancestrales. Pero no sólo. Es también una exploración musical de cuantas relaciones insospechadas y enigmáticos vínculos guardan entre sí las culturas artísticas de ambos países, con paralelismos que es un auténtico gozo poder descubrir en atenta escucha.

Se inicia el concierto, con un conjunto de tres Suites de danzas rumanasrecopiladas de diferentes regiones históricas del país. Estas danzas han sido magistralmente seleccionadas, reunidas y transcritas para cuarteto de cuerda por el violinista Nicușor Silaghiy el Cuarteto de Transilvania, del que es miembro integrante desde 1981. Como es bien sabido, una suitees una forma musical compuesta por movimientos instrumentales brevescon carácter de danza. La primera de las suites evoca en sus pulsaciones danzantes la región histórica de Transilvania, rodeada por los montes Cárpatos. La segunda suite está dedicada a las regiones de Oltenia y Muntenia, respectivamente. Oltenia (conocida también como Pequeña Valaquia) está situada entre el Danubio, los Cárpatos meridionales y el río Olt. Muntenia o Alta Valaquia, incluye a Bucarest, la capital de Rumanía. Por último, la tercera de estas sugerentes suites de danzas rumanas homenajea a Moldavia (en rumano, Moldova), una región geográficae históricadel nordeste de Rumanía.

De los ritmos atávicos y luminosos del folclore musical rumano se pasa a la precocidad genial del compositor español Juan Crisóstomo Arriaga (1806-1826), fallecido tristemente a la joven edad de diecinueve años en París, donde comenzaba a erigirse como uno de los grandes compositores de su época. Considerado por la crítica como el “Mozart español”, sus Cuartetos de cuerdason una colección de tres cuartetos para dos violines, viola y violonchelo compuestos en 1823en París, cuando el compositor solamente contaba con dieciséis añosde edad. Se consideran las obras más destacadas de su producción. El joven compositor se había trasladado de Bilbao a París en 1821, a la edad de años de quince años, para estudiar armonía, violín y composición en el legendario Conservatorio de París. Los tres Cuartetos serían la única obra que el autor vería publicada en vida. En ellos es posible escuchar elementos rítmico-melódicosprovenientes de la música popular española, como por ejemplo reminiscencias de bolero y de temas populares vascos. Esto se puede apreciar en especial en el Cuarteto n. 1 en Re menor, quizásel másconocidode los tres, con sus acompañamientos claramente inspirados en la guitarra española. Másconcretamente, este carácterse puede apreciar en su agitado último tiempo.

Tras la muerte del joven compositor, un baúl con todas sus pertenencias fueenviado a Bilbaodesde París, conteniendo su violín y algunos manuscritos. Como murió de tuberculosis, el baúl no se quiso abrir y fuedejado en un desván donde permaneciómuchos añosabandonado hasta ser rescatado, casi medio siglo después, por un familiar del compositor en 1869.

La oración del torero, op. 34, fue originalmente un cuarteto para cuatro laúdes, dedicada al famoso Cuarteto Aguilar de laúdes, compuesto por JoaquínTurina en1925. Turina realizó, unos años después, una transcripción para cuarteto de cuerda, y otra para orquesta de cuerda. Según su propio testimonio, el compositor sevillano se inspiró en la imagen de un torero rezando en una capillasituada muy cerca del ruedo justo antes de salir a torear.

El siguiente comentario iba incluido en el programa del día del estreno, en palabras del propio Turina: “Una tarde de toros en la Plaza de Madrid, aquella plaza vieja, armónica y graciosa, vi mi obra. Yo estaba en el patio de caballos. Allí, tras de una puerta pequeñita, estaba la capilla, llena de unción, donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte. Se me ofrecióentonces, en toda su plenitud, aquel contraste subjetivamente musical y expresivo de la algarabía lejana de la plaza, del público que esperaba la fiesta, con la devoción de los que, ante aquel altar, pobre y lleno de entrañablepoesía, veníana rogar a Dios por su vida, acaso por su alma, por el dolor, por la ilusión y por la esperanza que tal vez iban a dejar para siempre dentro de unos instantes, en aquel ruedo lleno de risas, de músicay de sol”.  

 

Información

• Salón de actos
• Viernes 9 de abril, 12:00 horas
• Entrada libre y gratuita hasta completar aforo
• Uso obligatorio de mascarilla