Concierto concebido y programado por el musicólogo Luciano González Sarmiento e interpretado por el actor Manuel Galiana, la mezzosoprano Marina Rodríguez Cusí y la pianista Marisa Blanes.
En una España cerrada y contrarreformista, empeñada en disfrazar la realidad y negar la dignidad de la mujer desde una concepción masculina y jerarquizada del poder, la obra de Cervantes, quien convivió largo tiempo de su vida con las mujeres de su familia, nos demuestra que fue un profundo conocedor de la psicología femenina. Así lo vemos sobre todo en las Novelas Ejemplares y en el Quijote, donde en muchas ocasiones son ellas las auténticas heroínas. La actitud del escritor alcalaíno es siempre comprensiva con la mujer y su percepción de lo femenino arranca del calor de la verdad. Aunque Cervantes no se libró de los tópicos y prejuicios patriarcales de su época, la mirada serena, natural y humanísima con que modela los personajes de sus novelas, pero también los de su teatro, se dirige especialmente hacia las mujeres. Se trata de una mirada admirativa en la que la mujer se nos muestra como sujeto activo y autónomo de pensamiento, algo innovador en la España de entonces. Mujeres que tienen y defienden su personalidad y libertad por encima de las ataduras sociales y en las que, según el maestro Azorín sobresalen dos rasgos comunes: la curiosidad sin perversión y el hecho de que se entreguen a su instinto y a la Naturaleza, alejándose así del constreñido moralismo patriarcal de la Iglesia.
Galatea, la gitanilla Preciosa, Catalina de Oviedo, la ilustre fregona Costanza, Isabela, Cornelia, Dorotea, Altidisora, Luscinda, Sigismunda, la Aldonza devenida en Dulcinea… conforman unos personajes vigorosos, casi dotados de realidad histórica. Esa disposición humana, tolerante y comprensiva de Cervantes se vuelve mayúscula en el caso de la pastora Marcela, todo un símbolo de independencia y de libertad en su discurso feminista: “Yo nací libre, y para poder vivir libre, escogí la soledad de los campos”. Y es que la pasión que siempre tuvo por la libertad el autor del Persiles la compartió con sus criaturas literarias. Cervantes, frente a autores como Lope, Calderón o Quevedo, admira y respeta a las mujeres en su diversidad, las hace salir a los caminos “solas y señeras”, coincidiendo de este modo con el pensamiento de una escritora contemporánea suya, María de Zayas. Mujeres de Cervantes que tratan de ser “dueñas” de sí mismas, muchas de ellas “mujeres ejemplares” que se protegen de la hostilidad y de los convencionalismos sociales y morales de su tiempo. Mujeres que vindican su identidad femenina con una voz propia que, hoy, cuando conmemoramos el cuarto centenario de la muerte del mayor autor de nuestra literatura, se vuelve palabra y música.
Fernando Abascal, poeta
MANUEL GALIANA, actor
MARINA RODRÍGUEZ CUSÍ, mezzosoprano
MARISA BLANES, piano
Organizadores
Iniciado en el mundo de la interpretación bajo la dirección del profesor de literatura Antonio Ayora en el Aula de Teatro del Instituto San Isidro de Madrid, se graduó en la Escuela de Cinematografía de Madrid obteniendo el Premio Extraordinario de Interpretación.
En 2012 recibió, por votación popular, el XVI Premio Nacional de Teatro ‘Pepe Isbert’ que concede la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros de España.
En 2014 le ha sido concedida la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.
Nació en Siete Aguas (Valencia) y cursó sus estudios musicales en el Conservatorio Superior de Valencia, en la especialidad de oboe y posteriormente canto con Ana Luisa Chova, obteniendo el premio de honor Fin de Carrera.
Ha sido galardonada en los concursos “Eugenio Marco” de Sabadell, Internacional de “Música Española en Compostela” e Internacional “Francisco Viñas” de Barcelona, y actuado en los teatros más importantes de España y en prestigiosas salas de Europa.
Ha dedicado una especial atención a la música española contemporánea con estrenos de Báguena Soler, M. Palau, Miquel Ortega, R. Garay, Tomás Marco, Antón García Abril…
“Artista de excepcional elocuencia y versatilidad”… Así definía uno de los más ilustres críticos musicales, Enrique Franco, la personalidad de la pianista Marisa Blanes, confirmada a lo largo de una dilatada carrera en el marco del concierto y la docencia.
El prestigio pianístico alcanzado por Marisa Blanes viene refrendado por una intensa actividad en el ámbito de la investigación musicológica, avalada por su doctorado musical en la Universidad Politécnica de Valencia.
Acaba de publicar con el sello IBS-CLASSICAL la versión integral de los 24 Preludios y Fugas Op. 87 de Dimitri Shostakovich, siendo la primera pianista española que aborda esta obra monumental de más de tres horas de duración.
Pianista de dilatada carrera internacional, especialmente en el ámbito de la música de cámara con el Trío Mompou, grupo con el que ha realizado una intensa labor de interpretación y divulgación de la música española. Pedagogo de profunda dedicación docente en la Universidad Politécnica de Madrid (Pedagogía de la expresión) (1972-2002) y musicólogo con dedicación especial a la música contemporánea.
En la actualidad es director del Centro de Alto Rendimiento Artístico de la Institución Educativa SEK de Madrid y asesor musical de la Fundación Botín de Santander.
Información
- Salón de actos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
- Alcalá 13, Madrid
- Viernes 30 de septiembre, 19:30 horas
- Entrada libre y gratuita. Aforo limitado
Programa
I
Laura Vega (Vecindario, Las Palmas, 1978)
- Galatea [La Galatea]
David del Puerto (Madrid, 1964)
- Costanza [La ilustre fregona]
Roberto Sierra (Vega Baja, Puerto Rico, 1953)
- Preciosa [La Gitanilla]
II
José Luis Campana (Buenos Aires, Argentina, 1949)
- Catalina [La gran sultana]
Tomás Marco (Madrid, 1942)
- Dulcinea. Esbozo de Dulcinea [Don Quijote de la Mancha]
Consuelo Díez (Madrid, 1958)
- Marcela. Canción desesperada [Don Quijote de la Mancha]
La palabra, la que originalmente escribió Cervantes para describir a sus mujeres, ilustra y guía la música, también original, compuesta por seis compositores de España y América que, desde la perspectiva de cuatro siglos de lejanía histórica, glosan las singularidades de algunas de las mujeres que Cervantes nos legó como producto de su astro creador y su literatura magistral.
Rasgos del melólogo, propuesto ya en el siglo XVII por J. J. Rousseau, son utilizados por los compositores como preámbulos para lograr de la canción un punto álgido de la forma que fluye rapsódicamente en cada canción. Es el piano el elemento vertebrador de una poiesis que no solo reúne los elementos propios de la descripción sonora adecuada al texto cervantino y a sus dimensiones dramáticas y escénicas, sino que logra constituirse como razón histórica para enlazar la creatividad de cuatro siglos.
Galatea es la primera de las mujeres cervantinas que irrumpe en escena de la mano expresiva de la compositora canaria Laura Vega. Es el amor recatado, comedido, aunque bien solicitado de tantos pastores de las riberas del Tajo, que Galatea permite sólo al pastor Elicio. Ella no quiere el amor de fuego y hielo que abrasa y hiere, sino el amor casto. De las manos de Laura Vega, surge una Galatea síntesis de la canción amorosa por antonomasia.
Un dilatado melólogo sirve al madrileño David del Puerto de preámbulo para ensalzar el “amor platónico” que Tomás siente por Costanza, la bellísima e ilustre fregona cervantina. Esta simbiosis de la belleza y la discreción que Cervantes esboza en su Costanza es el reflejo del pensamiento musical que David del Puerto desarrolla dialécticamente en su Melólogo y canción sobre fragmentos de “La ilustre fregona”.
El compositor puertorriqueño Roberto Sierra canta a una de las protagonistas femeninas más atractivas de Cervantes: la gitanilla Preciosa. La narrativa de Sierra reflejada en el melólogo inicial extrapola la descripción literaria que Cervantes hace de la gitana, intercalando sus variantes narrativas con cortas, pero precisas y coloristas intervenciones del piano en acordes puntuales, ostinatos, melismas e insinuaciones sonoras que se enriquecen con el tono profundo de lo gitano cantado backstage por la mezzo, hasta llegar al punto álgido de la canción formulada sobre un ritmo de guajira en el que la combinación binaria y ternaria mantienen una fascinación irresistible.
De las ocho comedias que Cervantes nos legó, La gran sultana es, además de reflejo de su estancia como cautivo en Argel, un modelo de virtuosismo literario de enredo entre la ovetense y el gran turco. El despliegue musical que Campana desarrolla acentúa las características coloristas y dinámicas del piano, proponiendo extremos de intensidad y de articulación siempre sorprendentes. Y sobre este armazón pianístico despliega Campana la lúdica poética del turco y la cristiana en episodios hilarantes, a veces desconcertantes, aunque siempre de gran intensidad expresiva.
Retorna Tomás Marco a la ortodoxia del melólogo como preámbulo narrativo de la poética de la canción para su esbozo de la sin par Dulcinea. La escritura de una carta que Sancho debe entregar a Dulcinea del Toboso es el preámbulo para la canción basada en el Soneto del Paniaguado, Académico de la Argamasilla, in Laudem Dulcineae del Toboso, un aria digna de un espíritu más que de una realidad viviente.
Termina este recital con el canto a la libertad que la pastora Marcela se ve obligada a entonar ante las acusaciones de las que era objeto por la muerte de su enamorado Grisóstomo. Vuelve la belleza femenina a ser motivo de conflicto como motivo de deseo e insiste Cervantes en equilibrar a Marcela con las virtudes de la bondad y de la libertad. Esto es lo que la obra de Consuelo Díez destaca en el melólogo precedente a la canción con la que culmina su intervención y el final de este recital: una exaltación de la libertad, auténtica y épica reivindicación femenina, no para liberarse del hombre, sino sencillamente para “ser libre y poder comunicarse con las aguas y los árboles, sus pensamientos y su hermosura”.
Luciano González Sarmiento