Händel La Resurrezione

La Orquesta Barroca Arturo Soria, dirigida por Marcelino García, y el Aula de Canto del Conservatorio Profesional de Música Arturo Soria de Madrid, a cargo de los profesores Miguel Bernal y Héctor Guerrero, interpretan en la Academia el oratorio “La Resurrezione”, de Georg Friedrich Händel.

La Resurrezione, segundo oratorio escrito por Händel, se estrenó en Roma el 8 de abril de 1708. El joven músico, que en aquel momento contaba veintitrés años de edad, ya había tenido sus primeras experiencias en el campo de la composición los dos años anteriores en Hamburgo bajo la tutela de Johann Mattheson y Reinhard Keiser. De esta época datan las óperas en alemán Almira y Nero.

Händel se vio en la necesidad de viajar a Italia con el objetivo de perfeccionar sus conocimientos y poder convertirse en compositor profesional de ópera italiana. En Roma estaba vigente todavía la bula del papa Inocencio IX que no permitía las representaciones de ópera en el estado. A Händel le interesaba Italia y esa dificultad la subsanó de dos maneras: por un lado, viajando desde Roma a otras ciudades como Florencia, Venecia o Nápoles, donde sí estaban permitidas las representaciones. En Florencia estrenó su primera ópera en italiano, Rodrigo.

Su segunda estrategia para burlar la prohibición fue dedicarse a los géneros que en aquel momento estaban más cerca del lenguaje operístico: el oratorio y la cantata. Los oratorios, como las óperas, consistían en sucesiones de recitativos y arias da capo, con eventuales inclusiones de coros. La diferencia principal entre ambos géneros era por un lado estética, los oratorios carecían de escenografía y decorados, y por otro lado literaria, ya que la temática en los oratorios debía de ser forzosamente religiosa.

Pero Händel quiso acercarse aún más a las convenciones de la ópera. La Resurrezione se representó en el palacio Bonelli, con decorados y maquinaria escénica, y el músico sajón usó voces de castrati, muy ligadas en aquel momento al teatro musical. En el estreno participó la soprano Margherita Durastanti, lo que acarreó importantes problemas, ya que tanto la participación de cantantes femeninas como la representación de óperas públicas habían sido prohibidas en Roma por el edicto papal. Por ese motivo, a partir de la segunda función Durastanti fue sustituida por un castrato, travestido en el papel de María Magdalena. Los únicos detalles conocidos sobre el castrato son su nombre, Pippo, y que estaba al servicio de la ex reina Marysieńka.

Las representaciones fueron fastuosas, además de los decorados, maquinaria escénica y telón se imprimieron mil quinientas copias del libreto, se contó con los mejores cantantes del momento y una orquesta de cuarenta y cinco músicos, liderada al violín por un intérprete que marcaría para siempre la trayectoria de Händel, Arcangello Corelli.

La Orquesta Barroca y el Aula de Canto del Conservatorio Arturo Soria de Madrid proponen en esta ocasión una versión de la obra que incluye la mayor parte de las arias, los recitativos “accompagnatos” y los coros, omitiendo únicamente las partes de recitativo “secco”.

Se ha elegido como obertura la Sinfonía del oratorio Saul, que encaja perfectamente también con el carácter de La Resurrezione y se adapta mejor a la plantilla instrumental de la Orquesta. Fue compuesta por Händel en Londres en 1738, pero guarda reminiscencias claramente “corellinianas”.

Marcelino García
 
 

La Resurrezione. Argumento

Parte I

En la primera escena se narra el enfrentamiento entre el Ángel, que desciende del cielo, y Lucifer, que se encuentra en la puerta del Averno. Lucifer (el ángel caído) se regocija de la muerte de Jesús y el Ángel venido del cielo anuncia la victoria del Rey de la Gloria.

La segunda escena describe la desesperación de María Magdalena y María de Cleofás por la muerte del Salvador. Sólo encontrarán consuelo apelando a su recuerdo.

Tercera escena. Llega san Juan y comunica a las dos mujeres la buena nueva de que el Hijo de Dios va a resucitar. Luego se dirige a consolar a María, la madre de Jesús. Magdalena, finalmente, se debate entre la alegría por la noticia de la Resurrección y la duda de que no fuera a ocurrir.

Cuarta escena. Para acabar la primera parte un coro de ángeles canta loas al Dios vencedor.

Parte II

La primera escena de la segunda parte tiene lugar al amanecer del tercer día después de la muerte de Jesús. San Juan describe la salida del sol desde el mar, pero le entran dudas de si esa elevación se corresponderá con la Resurrección de Cristo.

En la segunda escena continúa el enfrentamiento entre el Ángel y Lucifer.

En la escena tercera, María Magdalena expone que Jesús entregó su vida para salvar a la humanidad y Lucifer, ya vencido, vuelve al Averno.

Cuarta escena. María Magdalena y María de Cleofás llegan a la tumba y el Ángel les anuncia que Cristo ha resucitado. Les pide que difundan la buena nueva de que la muerte ha sido vencida.

Quinta escena. San Juan describe el amor que siente por Jesús y, finalmente, todos los personajes se unen para celebrar que la tierra ha ascendido al cielo. 
 
 

Programa

Georg Friedrich Händel (1685-1759)
La Resurrezione. HWV 47
Libreto de Carlo Sigismondo Capece (1652-1728)

 
PRIMERA PARTE 
Sinfonía [oratorio Saul]

Primera escena
Aria. Lucifer

1. Parte A. Caí, es cierto, pero al caer no perdí fuerza ni valor.
2. Parte B. Y si más fuerte fue Dios al arrojarme del Cielo, ahora con la muerte del hombre ha de ceder a mi furia.

Aria. Ángel

1. El amor fue la razón de que el Padre, enviase a su Hijo a pagar el precio del Pecado, devolviendo así al hombre la vida que una manzana mordida le había robado.

 Aria. Lucifer

1. Parte A. ¡Del Erebo, oh vosotras, potencias horribles, vamos, armaos conmigo de ira y valentía!
2. Parte B. ¡Y las serpientes terribles de las Euménides, con fieros silbidos, al cielo muestren los rayos que de las profundidades emanan! 

Segunda escena
Recitativo acompañado. María Magdalena

1. Noche, funesta noche, tú, que del divino Sol su ocaso lloras con sombras de dolor, deja, deja que yo también llore, y con tirano sopor, de este justo tormento, ¡no impidas, por favor, el sufrimiento!

Aria

1. ¡Sobre mis ojos tus alas no despliegues, oh sueño ingrato, ni vueles! Si acaso pretendes conmigo enjugar el triste llanto, deja que antes llore tanto como ríos de sangre ha vertido mi Dios, por mi culpa desangrado.

Aria. María de Cleofás

1. ¡Llorad, sí, llorad, ojos míos y doleos, que con amargas lágrimas a mi Señor ya difunto, rindiendo sentido tributo, tristes habréis de tornar!¡Llorad, sí, llorad, pues mientras Él vertía toda su sangre en la Cruz, muriendo solo decía llorando: tengo sed. ¡Llorad, sí, llorad!

Dúo. María Magdalena y María de Cleofás

1. María Magdalena: Dulces clavos, amadas espinas, de aquellos pies y esos cabellos, dejad mi pecho traspasado.
2. María de Cleofás: Querida imagen dolorida, aunque pálida y herida, eres mi vida, eres mi bien.
3. María Magdalena: ¡Dulces clavos, amadas espinas!
4. María de Cleofás: ¡Querida imagen dolorida!
5. María Magdalena y María de Cleofás: Querida imagen dolorida, aunque pálida y herida, eres mi vida, eres mi bien.

Tercera escena
Aria. San Juan

1. ParteA.Cuando parte del afecto el dolor en noble pecho, nunca extingue la constancia.
2. Parte B. Cuando es hija de la Fe, jamás habrá de ceder al temor nuestra esperanza.

Aria. San Juan

1. Parte A. Así la tórtola amarga llora y se queja, viendo que a su pareja un ave rapaz en el nido raptó.
2. Parte B. Pero si libre y hermosa, después retornar la viera, cambiaría en alegre canto aquel doloroso llanto que con tristeza exhaló.

Aria. María Magdalena

1. Hay algo en mi corazón que en lugar de dolor me impulsa a sentir contento. Pero mi corazón, acostumbrado a temer las llamadas del placer, o todavía no las oye, o todavía las cree engaño del pensamiento.

Cuarta escena
Coro de Ángeles

1. Parte A. Ángel: ¡Que el Dios vencedor triunfe, reine y viva! Ángeles: ¡Que el Dios vencedor triunfe, reine y viva!
2. Parte B. Viva y triunfe este Dios tan grande que a todos el cielo abre, y al sol confiere su esplendor. Por Él, el Cocito se lamenta aterrado, pues en sus orillas la Muerte ha aniquilado. Viva y triunfe este Dios tan grande que a todos el cielo abre y al sol confiere su esplendor.

SEGUNDA PARTE 

Primera escena
Aria. San Juan

1. Aquí aparece el sol que sale desde el mar y más claro de lo que suele, esmalta los prados y las suaves colinas. Mas quién sabe que de aquel sol que hoy a la vida ha de tornar, este sol no sea la aurora.

Segunda escena
Recitativo acompañado. Ángel

1. En vano tiembla de rabia con sus monstruos el encadenado Averno: el odio que gime apresado, la crueldad que llora, la envidia que suspira, la impiedad que delira, la iniquidad temblorosa, el furor vacilante, el fraude aterrado, la traición burlada, el orgullo vilipendiado… se convertirán en el carro triunfal y la base del Trono de mi Señor resucitado.

Aria. Lucifer

1. Parte A. Para disimular el nuevo agravio, de nuevo sus caras este mismo día con un soplido extinguiré.
2. Parte B. Y con la oscuridad venenosa de las mentes humanas enfermas, cada idea confundiré.

Dúo. Ángel y Lucifer

1. Ángel: Duro es el desafío, lo comprobaremos cuando suceda.
2. Lucifer: Sabré impedirlo, tengo recursos bastantes.

Tercera escena
Aria. María Magdalena

1. Parte A. Jesús no temió a morir por mí. Él me da el atrevimiento, gracias a Él nada temo, ni a la muerte ni al tormento.
2. Parte B. Cuando tengo a Jesús en el corazón, no temo nada más, no.

Cuarta escena
Aria. Ángel

1. Parte A. Fue por culpa de una mujer infeliz, que al hombre le brotara el cruel veneno de la muerte.
2. Parte B. Den las mujeres la buena noticia: Él que venció a la muerte, ha resucitado y ha vuelto a la vida.

Aria. María Magdalena

1. Del cielo doliente la ondulosa tempestad en bello arcoíris se va tornando. Y el corazón que ya siente cercano su sol, después de triste y lánguido, se vuelve sereno.

Aria. María de Cleofás

1. Avecillas, arroyuelos, que cantando, murmurando, loan a mi Señor, enseñadme dónde está. Hierbas y flores, que lamen soberbiamente las sagradas plantas, por favor, mostrad a un corazón amante las bellas huellas de su pie.

Quinta escena
Aria. San Juan

1. ¡Querido hijo!, amado Dios, al verte, mi corazón se sale del pecho. Y si lento fue el robarme el tormento, ahora me lo arrebata el placer.

Coro final

1. Dense alabanzas en el cielo y en la tierra a quien reina en la tierra y en el cielo. Que hoy ha resucitado en la tierra para traer la tierra al cielo.

 

 

 

Información

• Salón de Actos
• Viernes 1 de abril, 12:00 horas
• Entrada libre y gratuita
• Acceso por orden de llegada. Se recomienda acudir con suficiente antelación
• Uso obligatorio de mascarilla