Tres cuartetos de cuerda del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid –Cuartetos Rayuela, Kyria y Euterpe– interpretan obras de Haydn, Schubert y DvoĆák, respectivamente, en un concierto que forma parte de la programación musical conjunta de la Real Academia y el Conservatorio.
Cuarteto Rayuela (*)Jesús Darío Dorado violín 1º
Sara Muñoz violín 2º
Susana Ruiz viola
Clara Martínez violonchelo
Cuarteto Kyria (**)
Ana Carmen Sánchez violín 1º
Alara Muftuoglu violín 2º
Mario Valentín Guerrero Moya viola
Diana Sanz violonchelo
Cuarteto Euterpe (***)
Belén Sancho Torrilla violín 1º
Paula Salazar Pietrech violín 2º
Carmen María Navarro viola
Irene Zamora Messeger violonchelo
Programa
(*) Franz Joseph Haydn (1732-1809). Cuarteto op. 20 n. 2 en Do mayor, Hob. III:32
1. Moderato
2. Capriccio: Adagio cantabile
3. Menuetto. Allegretto
4. Fuga: Allegro
(**) Franz Schubert (1797-1828). Cuarto en Re menor, n. 14, D. 810, “La Muerte y la doncella”
1. Allegro
2. Andante con moto
3. Scherzo: Allegro molto
4. Presto
(***) Antonín DvoĆak (1841-1904). Cuarteto n. 12 en Fa mayor, op. 96 B. 179, “Americano”
1. Allegro ma non troppo
2. Lento
3. Molto vivace
4. Finale: Vivace ma non troppo
Tres cuartetos monumentales
Los seis Cuartetos opus 20 de Franz Joseph Haydn datan de 1772 y fueron publicados en 1874. La denominación de “Cuartetos del sol” se debe a la ilustración de la portada de la edición de Hummel: ¿puede verse en ello una alusión masónica? La independencia de las voces, la polifonía, el desarrollo perpetuo y la irregularidad métrica se manifiestan de manera radical. Pese a su tonalidad mayor, el segundo cuarteto aparece como el más romántico de los seis, en particular por sus sonoridades. El movimiento inicial anuncia sin preparación un tema magnífico en el violonchelo. El adagio que sigue es un recitativo y aria instrumental. Sin interrupción, al principio tímidamente pero en un contraste conmovedor, se eleva el minueto. El final es una fuga con cuatro sujetos o, si se prefiere, con dos sujetos y dos contra-sujetos.
Escrito en 1814, el Cuarteto número 14 de Franz Schubert no fue interpretado hasta dos años más tarde, en una audición privada. Esta célebre pieza debe su nombre al segundo movimiento, que es un tema con variaciones basado en el lied “La Muerte y la doncella”, D. 531, compuesto en 1817 sobre un breve poema de Mathias Claudius. La figura rítmica que aparece en el primer movimiento y que reaparece, de una forma u otra, a lo largo de la partitura, constituye un signo fatídico. El segundo movimiento es el centro emocional de la obra, que se nutre del tema coral del lied. El scherzo es una carrera hacia el abismo, puntuada por salvajes acentos, apoyaturas rechinantes y pasajes fulgurantes en escalas. La danza macabra del último movimiento se encadena con el precedente, del cual conserva el ritmo de tarantela, donde la forma rondó se combina con la forma sonata.
DvoĆák compuso su más célebre Cuarteto americano en Estados Unidos, en junio de 1893. Los elementos americanos son la escala pentatónica o los ritmos con puntillo o sincopados, donde la tradición checa coincide con la afroamericana. El primer movimiento está construido sobre dos temas pentatónicos. El movimiento lento presenta una larga e irresistible cantilena de cuatros compases, cuyas variantes forman un berceuse. El tercer movimiento es un scherzo basado en un tema que incluye la imitación de la curruca local. El final deja al primer violín protagonizar una danza sobre un acompañamiento rítmico que parece una estilización de los tambores indios.
François-René Tranchefort
Información
- Salón de actos
- Sábado 11 de marzo, 12:00 horas
- Entrada gratuita. Aforo limitado
- Acceso por orden de llegada. Se recomienda acudir con suficiente antelación