Corea 2025. Ciclo de Música Clásica

Con el concierto de la violista Hayang Park y la pianista Chloe Jiyeong Mun, se inicia la programación musical conjunta para el año 2025 del Centro Cultural Coreano y la Academia, dentro del Ciclo de Música Clásica programado conjuntamente por ambas entidades.

La República de Corea ha alcanzado un lugar de privilegio en la interpretación de música clásica, con un elevado nivel de virtuosos músicos que han recibido reconocimientos y galardones en los más prestigiosos certámenes internacionales. Por octavo año consecutivo, el Centro Cultural Coreano en España, en colaboración con la Academia, programa el Ciclo de Música Clásica.

Hayang Park	viola
Chloe Jiyeong Mun	piano

Programa

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Robert Schumann (1810-1856)
Märchenbilder

Serguéi Prokófiev (1891-1953)
Romeo y Julieta (arr. para viola y piano de Borisovsky)

• I. Introducción
• II. La calle despierta
• III. Julieta de joven
• V. Danza de los Caballeros
• VII. Escena del balcón

Enrique Granados (1867-1916)
Colección de Tonadillas

• El mirar de la Maja
• El Majo Olvidado
• La Maja dolorosa no.3
• La Maja de Goya

Rebecca Clarke (1886-1979)
Sonata para viola y piano

Robert SCHUMANN (1810-1856): Märchenbilder, op. 113

En 1851 Robert Schumann compuso, entre otros trabajos, cuatro espléndidas obras camerísticas: las dos primeras Sonatas para violín, el Trío nº 3 y las Märchenbilder (Imágenes o Ilustraciones de cuentos de hadas) que vienen a abrir nuestro concierto. En definitiva, era uno de los últimos momentos de un Schumann pletórico que pronto iba a ser cruelmente golpeado por los problemas de salud mental que ya no le abandonarían hasta su muerte a los 46 años de edad.

Las Märchenbilder op. 113, para viola y piano, constituyen una deliciosa muestra del Schumann músico-poeta. En su diario, con fecha 1 de marzo hay una primera referencia a unas Historias para viola (Violageschichten), y el día 4 daría fin a la composición. Su esposa Clara, y el violista Wasielewski, que había sido alumno de Schumann, leyeron en privado y luego estrenarían las Märchenbilder en concierto el 12 de noviembre de 1853, en Bonn.

No se trata en esta bella obra de buscar descripción alguna, sino de evocar un mundo mágico, lleno de sugerencias poético-sonoras que se encadenan con fluidez y espontaneidad, con la lógica interna de sus propios contenidos musicales. Así, la ordenación resultante, aunque se pueda asemejar a la de la sonata convencional, se aproxima casi más a la libre fantasía de las mejores obras pianísticas schumannianas. De hecho, la sucesión de sus cuatro movimientos no es la típica de la sonata, pues se sitúan en el centro los dos rápidos, mientras que el inicial y el final, respectivamente en tiempo moderado (una especie de Lied) y lento (una especie de Berceuse), muestran el denominador común de una expresividad melancólica a la que tan bien se presta el timbre de la viola.

Serguei PROKOFIEV (1891-1953): 5 Piezas de Romeo y Julieta (arr. Vadim BORISOVSKI)

Vadim Borisovski (1900-1972) fue un gran violista ruso, profesor de su especialidad, desde 1927, en el mismo Conservatorio de Moscú donde se había formado, miembro fundador del célebre Cuarteto Beethoven, compositor y arreglista que adaptó para viola numerosas partituras que van desde el Barroco hasta la música de su tiempo. Entre estas destacan excelentes arreglos para viola y piano de la obra maestra de Prokofiev en el campo del ballet, así como uno de sus principales logros orquestales: Romeo y Julieta.

Prokofiev compuso su Romeo y Julieta en 1935-36, siguiendo un libreto que él mismo había elaborado en colaboración con los coreógrafos Radlov y Lavrovski, obviamente basado en el drama de Shakespeare. El estreno del ballet se demoró hasta los últimos días de 1938, y se produjo en la ciudad checa de Brno. Al Teatro Imperial de San Petersburgo, entonces Teatro Kirov de Leningrado, tardaría aún dos años más en llegar. Mientras tanto, Prokofiev no estuvo ocioso y, así, realizó dos suites orquestales de su Romeo y Julieta, consciente del valor que su música (convenientemente articulada para el concierto) iba a tener aun sin la apoyatura de la escena a la que servía. Años después, en 1946, todavía hizo Prokofief una tercera suite de Romeo y Julieta para el concierto. Desde los pentagramas, Prokofiev recrea sabiamente los perfiles psicológicos de los personajes, crea ambientes, describe escenas, subraya sentimientos… Es música que tiene una soberbia capacidad evocadora y está guiada por un instinto teatral de primer orden.

Las cinco piezas de Romeo y Julieta elegidas por nuestras intérpretes para el presente recital evitan los momentos más dramáticos del ballet -como las muertes de Mercuccio, de Tibaldo y de los propios protagonistas- y se centran en dos movimientos que preludian y ambientan la presentación de la deliciosa femineidad de Julieta y el vigor de los caballeros rivales -Montescos y Capuletos- para concluir con la bellísima escena de amor en el balcón de la casa de Julieta.

Enrique GRANADOS (1867-1916): Tonadillas

La tonadilla nació como distracción para los intermedios teatrales y, desde una simple canción (o tonada) con acompañamiento guitarrístico, fue creciendo en amplitud y medios vocales e instrumentales hasta erigirse en género de notable presencia en los espectáculos teatrales de Madrid en la segunda mitad del siglo XVIII y primeros años del XIX. La tonadilla presentaba tipos populares, fundamentalmente madrileños (goyescos), y asuntos tomados de la calle y expresados en el lenguaje más llano. La música se apoyaba invariablemente en temas folclóricos o populares urbanos, y la guitarra estaba casi siempre presente. Seguidillas, tiranas, polos… poblaban este género que, ya avanzado el siglo XIX, sería absorbido por la zarzuela: en el catálogo del maestro Barbieri hay deliciosos ejemplos de ello.

En su etapa final, tan marcada por sus continuas evocaciones goyescas, Enrique Granados produjo música vocal de concierto que recreaba el espíritu de la vieja tonadilla. Son cantos escritos originalmente para voz y piano -un piano que a menudo evoca a la guitarra-, páginas breves en las que Granados ideó simultáneamente las situaciones (incluso las letras) y la música, aunque luego los textos fueran redondeados y firmados por Fernando Periquet. La actriz Lola Membrives, con el propio Granados al piano, presentaron las Tonadillas en Madrid el 26 de mayo de 1913, causando la gratísima impresión que se mantiene hoy cuando las interpretan las grandes cantantes del momento: pero el hecho de que el estreno tuviera por protagonista vocal no a una cantante, sino a una actriz habla a las claras de la intención teatral de estas piezas.

Por lo demás, al desaparecer el texto en el arreglo instrumental para viola, las cuatro piezas que vamos a escuchar representan -junto a la colección de piezas para piano solo que reciben el título general de Goyescas– la exquisita música escrita por Granados para recrear el mundo de majas y majos que genialmente plasmó Goya en óleos, grabados y tapices.

Rebecca CLARKE (1886-1979): Sonata para viola y piano

Nacida en Londres y fallecida en Nueva York a los 93 años de edad, Rebecca Clarke fue una gran música, discípula de Charles Stanford en el Royal College of Music de la capital inglesa y que desarrolló la mayor parte de su carrera en Estados Unidos.

La Sonata para viola y piano es seguramente la obra maestra de Clarke y constituye, sin duda, uno de los hitos de la música de cámara con protagonismo de la viola. Data de 1919 y fue escrita con destino a un concurso de composición patrocinado por Elizabeth Sprague Coolidge que se desarrolló en el seno del festival de música de cámara que se celebraba en Pittsfield, Massachusetts por iniciativa de dicha dama, pianista y mecenas estadounidense, concurso al que se presentaron setenta y dos composiciones y en el que empataron las Sonatas de Rebecca Clarke y del maestro suizo Ernest Bloch, quien finalmente sería proclamado ganador del concurso. Sin duda, eran otros tiempos… Más aún, se extendió el bulo de que “Rebecca Clarke” debía ser un seudónimo del propio Bloch.

La espléndida Sonata de Clarke se inspira en el poema La nuit de Mai del poeta romántico francés Alfred de Musset y consta de tres movimientos. El primero, Impetuoso deja entrever la admiración de la compositora por su compatriota Ralph Vaughan Williams, así como por el francés Claude Debussy. Sigue un Vivace con la funcionalidad del scherzo en la sonata tradicional y concluye con un Adagio muy intenso expresivamente y que, a falta del convencional allegro con que suelen terminar las sonatas, propone en su virtuosística sección final una recapitulación del material temático del primer movimiento, confiriendo así un sentido cíclico a la obra.

José Luis García del Busto